El alma de un clown


A PROPÓSITO DEL III ENCUENTRO LUNATICLOWN EN CHÍA, QUE SE INAUGURA EL DOMINGO TRES (3) DE AGOSTO A LAS TRES (3) P.M. EN EL PARQUE CENTRAL (SANTANDER)

Por: Antonio J. Gómez A.

El clown siempre trabaja para el público, con los ojos bien abiertos y la mirada dirigida a los espectadores. El clown no demuestra que sabe hacer esto o lo otro, sino que se comunica.

El punto para comenzar a trabajar el clown es el aprovechamiento del error, su trabajo se basa en la explotación de su propio ridículo y en la capacidad de compartirlo con su público y disfrutar haciéndolo.

El clown es clown porque no sabe hacer otra cosa, supuestamente tiene la ilusión de saber hacerlo pero no es capaz. Él no disimula sus errores; los aprovecha y los muestra a su público.

Todo aquello que causa risa al público el clown debe registrarlo, por eso cuando el clown encuentra en su trabajo una palabra, una frase, una acción, un gesto o un error que da resultado, debe retomarlo cada cierto tiempo, sin que sea necesario engarzarlo obligatoriamente a la anécdota. Hay que conservar la frescura para no caer en ( mecanicismo.

En la labor del clown es fundamental la humildad, sin tensión ni armaduras corporales. El clown establece una relación de complicidad con el público y nunca le obliga a hacer lo que no quiere. Debe convencer a los espectadores que nada desagradable puede ocurrirles.

Si el clown encuentra acciones que no funcionan debe sacar el impulso necesario para modificar el camino de su trabajo y variar la estructura; encontrar nuevos recursos y no insistir con lo que no funciona.

Si al improvisar, un clown se siente incómodo, fastidiado, aburrido, nervioso, o inseguro, debe exponer al público el trance difícil por el que pasa.

El clown no debe acercarse demasiado al público y debe evitar la relación demasiado personal con algún espectador para que el resto no se sienta excluido.(Sin embargo, en situaciones muy especiales, un espectador con una fijación o con una convulsión de risa, etc., el clown, deberá desplegar todos sus recursos escénicos y personales en el tatamiento de estas situaciones sin lastimar al espectador y scar adelante su presentación.Nota de fundacel).

El clown debe ser capaz de superar la rutina que puede aparecer ante la repetición de ejercicios y acciones. Su imaginación debe encontrar cada vez una nueva motivación.

Un clown ama estar en escena y cuando lo hace defiende ese espacio con su trabajo constante, trabaja sobre sus reflejos, impulsos y ocurrencias, no se preocupa por intelectualizar lo que hace. Su vida es un juego constante de equívocos. Sus respuestas no suelen ser tan ingeniosas como ocurrentes, primarias, aunque puedan parecer estúpidas si se racionalizan.

Cuando el clown tiene que hacer un movimiento que requiere de toda la atención del público debe hacer un STOP, desviar la atención y la vista para ejecutar esa acción y volver a mirar al público para continuar.

Cada actor construye su clown de acuerdo a su propio ridículo, a sus fantasías y a sus vivencias, no le sirve lo que recuerde o tome de otro clown. Como cualquier personaje se construye sobre una base interna, con pasiones y sentimientos, si no, es mentira.

El peor error de un clown es dañar a un compañero en escena, después, el segundo gran error es sacarse la nariz o perderla en el escenario.

El clown se va del escenario en el momento climático, antes de que termine la risa.

«Ser clown es ser humano, con todo lo que eso implica; el clown, como sin darse cuenta, habla de toda la condición humana y de la humanidad, nos guste o no, con sus defectos y virtudes».


Deja un comentario