Por: Antonio J. Gómez A.
EL GENERO TEATRAL
El teatro es una composición dialogada para ser representada en un escenario. El diálogo encontrado (conflicto) es el elemento fundamental en el teatro.
La comedia y la tragedia son los grandes géneros del teatro, todos los demás son subgéneros, derivados de uno cualquiera de estos o incluso, combinándolos (DRAMA, TRAGICOMEDIA, SAINETE, OPERETA, OPERA, FARSA, ENTREMÉS, ETC.). De acuerdo al espacio en que se realice el hecho teatral, este puede catalogarse como de sala o calle o también se puede hablar de teatro de espacios no convencionales.
El teatro tiene dos niveles o formatos básicos: la obra escrita y la representación escénica. La primera puede ser una creación individual (autor, dramaturgo) o colectiva. En la representación escénica interviene un director, grupo de actores y actrices. En ella se verbaliza el texto, se declama y se recurre a escenografía y elementos de utilería. En algunas representaciones, sobre todo de corte tradicional o clásico, el texto teatral se divide en actos, cuadros y escenas.
Es a través del teatro que el niño desde sus primeros años puede expresarse artísticamente y desarrollar su facultad natural del mimetismo. El acercamiento de los niños a las manifestaciones teatrales, puede influir en el desarrollo de sus talentos artísticos, a desarrollar procesos de extroversión y a vencer su timidez. El teatro en el ámbito escolar reporta beneficios a los niños en su formación integral y en su socialización.
Puede haber teatro de niños para niños, de niños para adultos o de adultos para niños. El juego sencillo, espontáneo y variado le ofrece al niño la posibilidad de representar personajes de cualquier tipo, ayudándole a la creatividad y la memorización.
El teatro es un juego y para el niño con mayor razón debe ser una actividad lúdica, pues el niño es un ser lúdico por naturaleza. Preguntarse por qué el niño juega es tanto como preguntarse por qué es niño. Por esto el teatro debe incorporarse a las actividades escolares en sus manifestaciones más cercanas al niño: los dramatizados, el mimo, teatro de sombras, la improvisación y el teatro de títeres.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA LITERATURA INFANTIL
En la literatura infantil, como en la literatura en general, pueden considerarse dos líneas de desarrollo, una histórica y otra personal, individual.
La primera se remonta a la prehistoria de la humanidad y más exactamente a la aparición del lenguaje oral. Este no fue un invento del hombre, como el lenguaje escrito, sino que fue una necesidad social, material y humana. Aquí las primeras narraciones se refirieron seguramente al relato de anécdotas de trabajo, de la caza, de la pesca, de la confrontación de los fenómenos naturales, de las adversidades de la naturaleza. Estas últimas dieron origen a los mitos y éstos a su vez a la riquísima mitología, ciencia física de la antigüedad clásica, primera creación literaria de todas las civilizaciones y origen de las más importantes obras literarias de la historia, así como de las más preciosas historias de la literatura infantil.
En cuanto a la línea de desarrollo individual, personal, se remonta a la etapa prenatal, en la cual si se realiza con un programa cuidadoso, el individuo, el niño, ya puede nacer con una predisposición al cultivo de la expresión oral, la lectura y el desarrollo del gusto literario. Ya nacido, durante la primera infancia, el pequeño puede tener un contacto permanente y sistematizado con la literatura.
En la época de la lactancia es importantísimo que la madre, mientras lacta, le lea cuentos o le cuente historias; esto, aparte de desarrollarle el gusto literario, le aporta una buena dosis de estabilidad emocional. En esta etapa , después de los tres meses, ya desarrollada la visión, el niño puede realizar lectura visual de las ilustraciones del cuento. Posteriormente, puede ir repitiendo los textos enunciados por su madre o por la docente del preescolar, hasta que adquiera ya la facultad de la lectura. Es importante anotar que este programa de lectura no se puede restringir solo al ámbito del preescolar, sino que debe tener una continuidad en el hogar. Esto garantizará un adolescente, un joven y un adulto lector y con un gran gusto literario.
Retomando el hilo del desarrollo histórico de la literatura, es importante anotar que las leyendas mitológicas de las diversas civilizaciones, que por tradición oral se fueron conociendo de generación en generación, dieron origen a las más importantes narraciones fantásticas y maravillosas de la literatura infantil.
Para la cultura occidental se destacan los cuentos del centro de Europa, de Gran Bretaña, de Rusia y para nuestro caso, se mantienen aún narraciones de la tradición oral indígena. Con la constitución y el desarrollo de la organización social, las narraciones fantásticas y maravillosas fueron adquiriendo un carácter cresmológico, es decir literatura didáctica, ética y utilitaria. Para tal efecto, se introdujeron imágenes, ilustraciones e iconos para interesar más a los escolares en la lectura, el estudio y el comentario. Fábulas, apólogos, cuentos, coplas, relacionados con normas de comportamiento; se consignó en folletos y textos a partir del siglo XV. Al igual que juegos y rondas. Luego aparecieron los libros bíblicos y moralizantes y textos para inducir a los niños a la imitación de vidas religiosas ejemplares.