Acuerdos y transgresiones


Por: Antonio J. Gómez A.

Lo que queremos decir es, en parte, lo que decimos; es el contenido proposicional de nuestras oraciones, su representación semántica. Lo que no decimos, a veces está implicado en lo que decimos. La pragmática explica este desnivel con el concepto de implicatura: Dimensión pragmática del significado; se produce por la combinación del sentido literal y el contexto.

Searle, en su teoría de los actos de habla distingue dos tipos de reglas: las constitutivas y las regulativas. Las primeras crean normas de comportamiento cuya serie de sistemas constituye la semántica y normativizan los actos del habla; las segundas, las regulativas, reglamentan las formas de comportamiento ya existentes, suelen ser prescriptivas, son las que forman el conjunto llamado «principio de cooperación», que describe el motor social que hace funcionar la maquinaria lingüística de modo que sirva razonablemente bien para la comunicación. Este principio guía a los interlocutores en la conversación y vale también para otros comportamientos. Grice lo formula así: «su aporte a la conversación debe ser, en cada etapa de ésta, tal como lo exija la finalidad o la dirección del intercambio verbal aceptada por ambas partes».

LAS MÁXIMAS DEL PRINCIPIO DE COOPERACIÓN

Las máximas o categorías, según Grice, que a su vez contienen, sub máximas son 4:

-Máxima de cantidad (que su contribución sea todo lo informativa que se requiere)

-Máxima de cualidad (que su contribución sea verdad)

-Máxima de relación (que su contribución sea relevante)

-Máxima de manera (ser claro)

REFRANES, DICHOS O ADAGIOS POPULARES

Generalmente se consideran los refranes, dichos y adagios como máximas de la sabiduría popular. Sin embargo, así como no todo lo cultural es sano, de igual manera estas máximas populares no son axiomas, porque; si bien es cierto que en la práctica (pues son los hechos prácticos los que les dan validez) tienen aplicabilidad en los casos a los que se refieren, también es cierto que no son válidos en un ciento por ciento y que como se dice de las reglas, hay excepciones en que el dicho, adagio o refrán no se cumple, pues en los hechos prácticos de la vida cotidiana no se puede generalizar. Hay circunstancias contextuales que pueden invalidar una de éstas máximas.

En la literatura hispanoamericana, Miguel de Cervantes Saavedra, en su obra cumbre «EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE  » Don Quijote hace referencia especial a la manía de su escudero Sancho Panza por la utilización frecuente de dichos populares.

A continuación, se hará el análisis de algunos refranes, adagios, sentencias y dichos populares a la luz de las máximas del principio de cooperación de Grice. Es preciso advertir que estos adagios se coligen de eventos profundamente pragmáticos. Algunos de los más conocidos son:

EL QUE MUCHO ABARCA, POCO APRIETA. Alude a la avaricia que a veces lleva a algunos a tratar de abarcar lo que más puedan para satisfacer sus apetitos. Desde el punto de vista de la máxima de cantidad, esta oración cita la información suficiente con economía de palabras. Cualitativamente expresa una verdad relativa; de igual manera es una información relevante pues como todos los refranes, proporciona pautas de comportamiento y por supuesto, cumple con la máxima de manera pues es una sentencia clara y escueta. En nuestro contexto puede dar lugar a un hecho pragmático de inferencia y es que, a veces, en circunstancias especiales, hay que tratar de abarcar lo que más se pueda para quedarse con algo.

CUANDO EL RIO SUENA, PIEDRAS LLEVA. Hace referencia a que cuando los comentarios afloran, es porque pueden tener algún fundamento. En sentido literal, aplica y no aplica la máxima de cualidad, pues un río suena de por sí por su caudal; siempre tiene piedras pero éstas no siempre suenan. Su veracidad igualmente está supeditada a las inferencias que se hagan, es decir, a la implicatura. Como todo refrán aplica relativamente a las máximas de cantidad, relación y manera.

AGUA QUE NO HAS DE BEBER, DÉJALA CORRER. Se refiere a la suspicacia que pueden despertar algunos hechos que no generan seguridad, ante lo cual es preciso desistir. Con el conocimiento que tenemos del contexto, este enunciado responde perfectamente a las máximas de cantidad, de relación y de manera y de una forma muy subjetiva, a la máxima de cualidad.

EL QUE CON NIÑO SE ACUESTA, ORINADO AMANECE. Implica tener cuidado con quien se hacen tratos o relaciones. La literalidad de este enunciado no corresponde a su implicatura; más parece una metáfora y por lo tanto ha de dársele el tratamiento de un texto literario.

CAMARON QUE SE DUERME, SE LO LLEVA LA CORRIENTE. Quizá llama la atención sobre estar atento a las oportunidades. Este texto debió ser acuñado en una zona costera y es posible que desde el punto de vista literal obedezca a la máxima de cualidad y tan solo desde un punto de vista muy subjetivo, obedece a las máximas de manera, de relación y de cantidad.

MAS SABE EL DIABLO POR VIEJO, QUE POR DIABLO. Indudablemente intenta convalidar la sabiduría de los viejos adquirida a lo largo de su vida, tanto en lo teórico como en lo práctico. Este enunciado, muy conocido y utilizado en nuestro medio, se ajusta bien a las máximas de cantidad, relación y de manera; no necesariamente a la máxima de cualidad, pues no es del todo cierto que la vejez sea sinónimo de sabiduría.

LO CORTEZ NO QUITA LO VALIENTE. Este adagio se podría emparentar con otro que reza «LA MEJOR FORMA DE VENCER UN ENEMIGO, ES CONQUISTANDOLO». La cortesía, de acuerdo al texto estudiado, va en contravía de la máxima de cualidad, pues la cortesía implica muchas veces mentira e hipocresía; pero obedece las restantes 3 máximas.

EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS. Este enunciado es originado en un postulado del politólogo italiano Nicolás Maquiavelo, que por su consuetudinaria aplicación, se configuró como un refrán. Si se hace abstracción del contexto, este texto puede cumplir con la máxima de cualidad y ya contextualizado con las tres restantes máximas.


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