Por: Antonio J. Gómez A.
A la fantasía le sucede conceptualmente lo mismo que a la cultura y al arte; la noción generalizada de estos términos está desvalorizada, empobrecida y hasta pervertida.
La cultura entraña antropología, sociología, arte y todas las actividades que se enmarquen dentro de estas materias. El uso indiscriminado del término le ha llevado a abusos pervertidos en gracia a lo cual se promueven campañas para vender baratijas plásticas, artesanales o literarias, telenovelas, enlatados y lo que es más grave aún, eventos que promueven la des-culturización de las comunidades.
El arte por su parte connota la estética, la sicología y toda una serie de conocimientos intrínsecos a cada una de las ramas de éste; amén de que el artista requiere, aparte de los conocimientos específicos de su área, un buen bagaje de conocimientos del saber humano. Sin embargo, en nuestro medio, arte significa oficio y con el término de artista se denomina a cualquier persona que ejecute una actividad de carácter lúdico, recreativo o estético.
El arte es creación, es producir a partir de mínimos elementos materiales e inmateriales un valor estético para alimentar el alma, la psiquis y el espíritu del individuo. El creador, el productor, es el artista, los demás son ejecutantes o intérpretes, como en el caso de las artes escénicas o la música, en las cuales los ejecutantes son los que más bulto hacen, los que más suenan, aceptando por supuesto compositores que interpretan su propia creación y actores que crean su propio espectáculo.
La fantasía a su vez, es intrínseca a la naturaleza de la cultura y el arte. Está en lo sobrenatural de los mitos indígenas, está en lo extraño maravilloso del acervo de leyendas aborígenes y populares, está en la magia de los ritos autóctonos, los ritos sociales y las tradiciones culturales rurales y urbanas de nuestros pueblos. La fantasía estuvo en el comienzode los grandes descubrimientos científicos. La fantasía está en el comienzo, el desarrollo y el fin del proceso de creación del artista. La fantasía es connatural al ser humano.
La fantasía no es, como se cree el efecto espectacular producido por elementos o factores extra humanos de luces, sonidos e imágenes, sino que está constituida por la luminosidad de nuestro pensamiento, los ecos, ruidos, sonidos y talentos de la naturaleza humana y las imágenes oníricas del ser que sueña, dormido o despierto.